Pequeñas cosas que son las piezas del puzle.
Rompecabezas de minúsculos detalles,
de deseos en miniatura, pequeñas gotas de alegría.
Segundos en que los anhelos ya no lo son.
Eso es la vida, un pequeño gran juego de mesa,
en el que lo mas importante es la jugada
a hurtadillas entre dado y dado y café.
Un trago de felicidad puede ser eterno.
La partida no se gana cuanto más tarde se
llega a la meta, se gana si en el camino
recogemos besos y arena de la playa.
Así, y solo así,seremos inmortales.
Son las risas entorno al tablero las que nos
hacen amantes de las cosas bellas, pequeñas.
Las que nos hacen mejores y eternos.
Así jamás olvidaremos que somos agua.
No son los grandes sueños los que nos hacen más
felices, son las pequeñas cabezadas las que
nos dan la fuerza suficiente para sonreír una vez más.
Y ser infinitos y ser mar y roca y sal.
Es el olor de la hierba y no el del dinero el que
despierta los sentidos y los vuelve mariposa.
Es el olor a ropa limpia y a incienso
y yo quiero seguir sintiendome pequeña como las cosas que me hacen feliz....
carpe diem.
1 comentario:
Es de lo más bonito que he leído de ti.. inspiro y espiro.. porque cada palabra es una gota de agua que brota del alma... esa humildad desde la que hablas es un camino cierto hacia la felicidad, Marina, y sí, en él recogemos muchas alegrías cortas y mortales.. pero todo ello forma parte de un gran todo que perseguimos..
Sentirse diminuta es un bello sentimiento, pero no olvides que tu alma puede albergar infinitos sueños de grandeza..
Humildad y belleza en tus sabias palabras, me las guardo para cuando me hagan falta
Un abrazo
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