jueves, 17 de julio de 2008

caminos...

Como saber que se ha emprendido un viaje sin retorno...

Todo se multiplica porque sientes que los arañazos te duelen aunque no sea en tu piel donde aterrizó el golpe. Y echas en falta el segundo par de zapazos bajo la cama.

Abrazas la almohada buscando un olor que tal vez nunca estuvo allí. Haces más café de la cuenta y cuentas hasta 10 antes de enfadarte. Sonríen aun cuando nadie dice nada gracioso.

Hay más azules en aquel atardecer que en ningún otro. Deseas estar lejos para que el paseo sea más largo, y sueñas que no es sueño lo que respiras.

También te duelen más los tropezones, la mercromina no es suficiente para que curen algunas heridas. Necesitas que te soplen en la pupa para poder sonreir.

Hacen falta más suspiros pa que no te falte el aire...necesitas sentir que no estás solo en la cruzada, que puedes compartir también el dolor de tus arañazos.


Caminos de no retorno en los que cada paso es una puntada de riesgo que no todo el mundo está dispuesto a asumir...yo sí...


carpe diem

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