lunes, 21 de abril de 2008

200 gramos. de mi misma

Saber que estás al borde de estropear la receta
y no ser capaz de parar, no ser capaz de hacer caso.
Creer que si echaras menos levadura...quizá
la masa aguantaría más tiempo.
Pensar que a lo mejor te excedes con las proporciones
y todo se puede estropear.

Sin embargo yo no sé cocinar de otra manera.
De hecho creo que no puedo hacerlo distinto.
Yo soy así, funciono por impulsos, me gusta
utilizar todos los ingredientes... y es que sé que
vale la pena arriesgar, esforzarse por encontrar
el plato perfecto, con paciencia y cariño.

Y si me paso de azucar... tendré que encontrar al comensal que más le guste el dulce.

Hay que cantarle al alma para que no se asuste,
si derrepente el vuelco es de mar, de risa y caramelo,
si derrepente hay escalofríos...el golpe será de suerte.
Que no se te escape el deseo. El pasado no existe como
no existe el mar si no hay sal que lo bese..

Pensamientos en la madrugá... ráfagas de serenidad
cuando la calma ha llegado a mi regazo. Disfruto de cada
minuto, del silencio de mi hogar. Me sigo encontrando
a mi misma, lo hago y por eso no hay nada que temer.
Mi alma sale al zaguán a recibir las cositas tiernas.
A veces la vida es maravillosa y por un segundo el
vuelco es lo importante.

Enciende la luz que hoy no habrá pesadillas.
Me cuesta pensar que se han marchado los fantasmas...
que debajo de mi cama solo quedan las zapatillas
de bailar, que en mi armario solo cabe la
ropa de sonreir. Y si vuelven las pesadillas...
ya me inventaré una canción que las asuste.

No se que me pasa que soy un día más joven,
un mes más joven, o una década o una eternidad.
No me acordaba de lo que cuesta respirar a veces
y lo poco que importa de vez en cuando.
Perder el aliento y que alguien te preste el suyo.
Perder la cabeza y ser mas cuerdo que nunca.
Que te crezcan tulipanes en las ganas de ser feliz.
Pensar que mañana aun puede ser mejor.

Vivir cada día a un lado del rio... en el que viva el sol.
caminar, tirar piedras al agua de los malos sueños
y mojarse los pies en la orilla de los buenos recuerdos...
Mirarse en el agua y reflejar las ganas de vivir.
Hay canciones que hacen llorar y otras que hacen cosquillas...
y sonreiré hasta que las trenzas me lleguen al suelo.

1 comentario:

Lol V.Stein dijo...

Querida Marina:



Paso poraquí después de algún tiempo en el dique seco.. y leo cosas tan dulces y auténticas como esta receta...

hay que cantarle al alma para que no se asuste... suelo hacerlo cuando derrepente me ahogo porque faltan sonrisas... entonces una melodía arma revuelo y siento palabras en las venas...

pensares, sentires en la madrugá... requiems en la luna... zarpazos del amanecer... fisuras en el corazón donde entran estrellas...

volver a nacer cada día es un vuelco... es soportar la eternidad en los brazos... y ver que es una carga tan dulce...

vivir a cada lado del mar, del río... y dejarse crecer las ganas de vivir...

un beso mu grande