domingo, 1 de abril de 2007

era se que se era...

Esta es una leyenda que siempre me ha parecido preciosa... a lo mejor porque nace en Alicante, o a lo mejor porque soy una romántica empedernida... o a lo mejor porque los sueños sueños son... y yo quiero seguir soñando y seguir esculpiendo mi rostro en la piedra de la vida.

LA LEYENDA DEL SALT DE LA REINA MORA.




Esta leyenda no es mas que una historia de amor... si, esa clase de amores imposibles en los que normalmente los dos suelen morir por no poder reflejar su amor...y en este caso Cántara y Aly, amantes desgraciados donde los haya, tuvieron el tardío consuelo de ver fundidos sus nombres para dar denominación al lugar que fue testigo de su amor imposible.
Cántara era una musulmana hija del Califa de la ciudad y además de su posición social, tenía a su favor su belleza sobrehumana, por lo que no fue extraño que dos jóvenes musulmanes se enamoraran locamente de ella. El Califa decidió que uno de ellos será un buen marido para su hija, pero...¿cual de ellos? El Califa, ante el gran dilema que tenía, tomó una decisión salomónica, los pretendientes deberían llevar a cabo una tarea concreta, y Alá decidiría.
Por tanto, Almanzor (el otro pretendiente) y Aly se pusieron manos a la obra. Almanzor fue encargado de ir a las Indias a traer raras especias a su amada, mientras Aly se comprometió ante el Califa a cavar una acequia y poder traer agua a Alicante desde el rio Verde. Dicen las crónicas que mientras Almanzor iba rápidamente con sus barcos a las Indias a traer especias, Aly no se tomó tan en serio su trabajo mas se dedicó a escribir poesías a su amada e ir hablando excelencias y diciendo a todo el mundo que la amaba...
Cántara se enamoró de él locamente, sin esperar siquiera ver finalizada su tarea y la de Almanzor...la elección ya estaba hecha...Pero un día llegó Almanzor con sus barcos cargados de especias, y el Califa, que era hombre de palabra, le concedió la mano de su hija. Cántara, desesperada , se tiró al mar desde el risco mas alto de la Medina, que desde estonces vino a llamarse "el salt de la reina mora". Aly, desesperado también, decidió seguir los pasos de su amor, y se tiró al vacío por un barranco (se dice que sobre ese lugar se construyó algunos siglos después el Pantano de Tibi).
Dicen que el Califa murió de tristeza, y que, sorprendentemente, su efigie apareció grabada en el monte Benacantil...
En honor a este amor la ciudad pasó a llamarse Alicantara... pero la leyenda no cesa aqui, pues las leyendas se engrandecen con el boca a boca...
Se dice que en el lugar del salt de la reina mora, también quedó impresa para siempre la efigie de la joven dama, bella y eterna, para siempre y que solo aquellos que puedan adivinar su silueta entre los escarpados riscos, obtendrán el amor eterno de su amado o amada...
Ahí queda eso...


...

1 comentario:

Lol V.Stein dijo...

Hola Marina

Me ha encantao la historia, jooo, pero ké triste! Por un momento me he imaginado a Cántara, su tristeza y la de su amado, y su trágica elección de estar juntos aunque sea en la otra vida... Sueños, metáforas, que nos hacen como dices seguir creyendo que hay historias que se cincelan a sangre y a fuego para la eternidad...

Gracias por compartirla con estos ojos románticos sin remedio...

bss