
que no queda aceite en mi lámpara de los suspiros.
Camino hacia la noche y no hay silencios compartidos.
Escribo mil locuras que no son letras, solo líos,
y enredo la madeja del cálido deseo,
del pálido verso que aguarda el estío.
Escribo mil locuras y pinto de junio el frío.
Acaricio a menudo la espalda del destino,
y cambio de palma si me azuza el devenir,
que no se despierte la pena que duerma
al abrigo del tiempo... y de abril.
¿Cuánto tarda un beso en cerrarnos los ojos?...como poco una milésima de segundo, como mucho toda la eternidad.
5 comentarios:
"A menudo se te acaban las velas,
no queda aceite en tu lámpara de los suspiros.
Caminas hacia la noche y no hay silencios compartidos..."
Amiga Marina, la magia radica en compartir silencios, lo especial es eso..a todos se nos acaba a veces ese aceite y la garganta enmudece y no es capaz de vertebrar un sonido, pero luego vuelve la voz de la esperanza..
Acaricias a menudo la espalda del destino.. no, que no se despierte la pena, niña..
un beso puede tardar un siglo en cerrarnos los ojos, o no tener tiempo... sólo lo sabes tú, y nadie nos puede contestar sino nosotros..
un fuerte abrazo
Dos abrazos me mandas en este comentario...
Mil veces gracias amiga Carmen.
Que no despierte nunca la pena! y menos con escritos tan bonitos como éste.
Un placer visitarte.
Besos y feliz semana
grcias athos por tu visita. siempre bienvenido.
Los caminos hacia la noche a menudo tienen sendas que conducen a soles lejanos.
De vez en cuando hay que dejar que sea el destino el que nos acaricie la espalda.
No dejes de escribir locuras.
BSS
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